Los habitantes de Catatumbo viven en el agua. Sobre el río. Bajo la lluvia. Iluminados por el relámpago eterno de Catatumbo.
El lago de Maracaibo, en Venezuela, recibe su mayor caudal de agua del río Catatumbo. Y no es de extrañar. El río atraviesa una zona donde suele llover una media de 4.000 mm al año (¡ 4 metros !).
La llegada del río al lago es el lugar donde se experimenta un fenómeno atmosférico único en su tipo: el relámpago de Catatumbo. Una sucesión de descargas eléctricas que iluminan el cielo sobre las cabezas de los pocos pobladores que viven en palafitos sobre el lago.
Se encuentran allí varios factores: los vientos que bajan de las estribaciones de los Andes, las brisas más cálidas sobre el lago y las emanaciones de metano de los manglares circundantes.
Por lo visto, un cóctel que produce los relámpagos. ¿Cómo? Leo: “puesto que el metano es más liviano que el vapor de agua, se consigue acumular en la parte superior de las nubes. Al hacer contacto éste con el agua tiende a polarizarse, es decir, las nubes se cargan de mayor energía y de lo profundo surge el relámpago hacia la atmósfera.”
¿Es así?
Se estima que cada día caen sobre la superficie terrestre unos 30 relámpagos por segundo (3 millones al día mas o menos). La mayor frecuencia se encuentra en las zonas tropicales y sub-tropicales: en El Bagre (Colombia) unos 270 días por año, en Tororo (Uganda) unos 210 días por año, en Bogor (Java) unos 223 días. Y se producen durante las típicas lluvias tropicales que suelen durar unas 2 horas por día.
En Catatumbo, llueven relámpagos “sólo” 140 a 160 noches por año. Pero lo hacen durante una media de 10 horas por día, dibujando arcos de electricidad en el cielo que miden 5 kilómetros de altura, o más.
Se le llama “el relámpago de Catatumbo” porque la frecuencia es casi contínua: unos 280 por hora con descargas eléctricas altísimas. Las luces pueden verse desde más de 40 kilómetros de distancia y durante siglos, este fenómeno llegó a ser usado como un faro natural semi-permanente, conocido como el Faro de Maracaibo.
Por otro lado, los más de 1.700.000 relámpagos anuales de Catatumbo producen el 10% del ozono que alimenta la capa que protege la Tierra, por lo que se le denomina la “granja de ozono” del mundo.
En 1597 el relámpago es mencionado por Lope de Vega en su obra “La Dragoneta” cuando relata cómo su luz dejó en descubierto las naves del pirata Francis Drake que pretendían asaltar la ciudad española de Nombre de Dios, en el actual territorio vecino de Panamá, pudiendo sus autoridades prepararse y vencerle.
¿Puede visitarse la región para presenciar el relámpago de Catatumbo? Sí. El lugar ideal para ser testigos del “espectáculo” es el pueblo de Congo Mirador, en la desembocadura del río.
Su visita además permite conocer un pueblo de pescadores donde viven unas 30 familias en casas sobre palafitos.
El fondo del lago de Maracaibo está tapizado por toneladas de petróleo a raíz de pérdidas y malas conexiones de las plantas petrolíferas de la cuenca venezolana. Ninguna autoridad ha tomado iniciativa alguna para revertir este hecho. Sin embargo, la presencia de petróleo puede ser la causa de que cada vez sea más frecuente la aparición del “relámpago de Catatumbo” incrementándose año tras año la cantidad de noches en los que el cielo se ilumina.
Poco se pudo estudiar este fenómeno hasta hace poco tiempo. El rio Catatumbo corre por una zona selvática y de difícil acceso, además, su interior está habitado por los motilones que se han resistido a la presencia humana del exterior hasta hace muy poco, cuando pudieron establecerse algunas estaciones de observación meteorológica.
Foto | Wikipedia
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