Uno de los grandes placeres del viajero es probar la cocina del luagr que visitamos. En cualquier viaje a Buenos Aires te encontrarás con la gastronomía del mundo en sus muchas versiones. De Oriente a Europa, dando un paseo por toda América y llegando a las opciones más populares sin perder ese toque tan “porteño” de la charla incluída en el precio.
Voy a contarte aquí algunas de las opciones gastronómicas que he probado estos días en Buenos Aires, cuando estoy recorriendo las calles que me vieron de pequeña, ahora con otros ojos y experiencia.
Participando de #BlogueroGold y con mi Tarjeta Gold American Express en la mano, encontré mil formas de combatir el hambre o de saciar mi curiosidad gastronómica en la capital argentina.
La Biela
Una esquina icónica en Buenos Aires, frente al cementerio de La Recoleta y la Iglesia del Pilar. Antigua posta ya en el siglo XVII, La Biela a partir de la década de los años 60 del siglo pasado comienza a convertirse en un lugar de encuentro de políticos y artistas, figuras del deporte nacional y gobernantes de todo el mundo a su paso por Buenos Aires.
Hoy, con su estilo tradicional y servicial, puedes sentarte junto a la mesa donde Borges y Bioy Casares escribieron juntos muchas de sus obras, para saborear los tragos de moda, un café con leche con un tostado o cualquiera de sus opciones de comida. La cocina de La Biela está abierta las 24 horas, por si en mitad de la noche se te ocurre darte el banquete de probar su sandwich de pavita (todo un clásico), o un buen plato de calamares.
La Paris
Un gran descubrimiento para mi. En el Hipódromo Argentino de Palermo, abierto gratuitamente a todo público, además de poder ir a ver las carreras de caballos en uno de los más hipódromos más famosos del mundo, hay un estupendo centro de ocio con más de 4500 máquinas al mejor estilo Las Vegas. Y mucho más: una estupenda oferta gastronómica con varias opciones de distinto perfil: un café al paso, otro donde la cocina clásica se une a la mejor bodega, un healthy food corner, cocina vaquera, etc.
Entre todas estas opciones elegí detenerme en el ambiente elegante y afrancesado del espacio gastronómico La Paris para comer un plato exquisito de una carta muy actual: ensaladas, pescados o carnes con la mejor presentación y calidad de producto.
Café Martínez
Una opción al paso con el mejor gusto porteño. Buen café al estilo local: siempre acompañado por un vasito de agua con gas (cuando no también con un pequeño zumo de naranja), una mini pasta y el acompañamiento que desees. Es el lugar para probar las argentinísimas facturas, uno de esos imprescindibles de la gastronomía argentina.
Pero también, es la oportunidad para disfrutar del porteño tostado o carlitos: dos grandes sándwiches hechos con unas finísimas capas de pan de miga, rellenas de jamón y queso alternadas, tostados en una plancha y cortados en triángulos (lo que ves en la foto de inicio es un único “carlitos”). Una alternativa que bien puede ser tu almuerzo al paso, o una pausa en cualquier momento del día mientras recorres Buenos Aires.
Podrás encontrar un Café Martínez en varios puntos de Buenos Aires.
La Cabrera
La tradicional parrilla argentina ha mutado en experiencia gastronómica. La Cabrera se ha asentado en una esquina porteña con encanto en Palermo Viejo, con una serie de parrillas (Norte, Sur, Boutique o Express) y distintas opciones siempre alrededor de un clásico argentino: la carne.
En una decoración que rescata ambiente de las antiguas casonas de este barrio y una presentación divertida y variada en su servicio, La Cabrera es hoy “el” lugar para comer una carne exquisita, para ver y ser visto.
Este viaje a Buenos Aires lo realizo de la mano de American Express aprovechando los beneficios del programa Membership Rewards.
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