A principios de octubre tuve la oportunidad de asistir a un blogtrip centrado en el turismo industrial de Ferrolterra. Durante un par de días pude disfrutar al máximo de unas vistas increíbles, una comida sin igual y unas actividades divertidísimas. Fue una buena excusa para viajar a Galicia, tierra que nos encanta y a la que nos cuesta muy poco volver. ¿Quieres saber qué es lo que hicimos?
La primera visita fue Cedeira, un pueblo encantador. Allí, tras una parada en su puerto (el cual tiene unas vistas maravillosas: a un lado, la ría y los barcos; al otro, montes con bosques sin fin) conocimos al alcalde del Concello, que nos dio una calurosa bienvenida y un tour por el ayuntamiento.
Pero el día no hacía más que empezar, y rápidamente seguimos camino hacia una conservera de pescado 100% artesanal. Su nombre es Mar de Ardora, en Ortigueira, especializada en algas marinas. ¡Os sorprendería la cantidad de cosas que aprendí sobre ellas en media hora!
Tras una pausa para comer, no paramos: nos dirigimos a As Pontes, una de las claves industriales de la zona. Allí nos hicimos amigos de un sinfín de roedores en Xaraleira, un criadero de micromamíferos. Una charla y una degustación después, nos seguimos paseando por As Pontes: paramos en el ayuntamiento, en la central térmica, en el lago artificial, en el Poblado das Veigas…
Fijaos muy bien en la foto: cualquiera diría que es un lago completamente natural. La gente se puede bañar, tomar el sol, practicar deportes de agua… y lo pueden hacer gracias a que la mina a cielo abierto se cubrió de agua cuando cesó su actividad dando origen al Lago As Pontes. Imaginaos la extensión de la mina por dentro si ahora este lago es uno de los lagos artificiales de mayor extensión del continente.
Siguiente parada: senderismo hasta el Salto de la Fervenza del Belelle. Un río rodeado por molinos con una cascada impresionante. Hilamos una visita al pueblo medieval de Neda, parte de uno de los tantos Caminos a Santiago que se pueden hacer, con una parada en la panadería O Carrizo. Aquí aprendimos muchísimo sobre los diferentes procesos que se llevan a cabo en la creación de no sólo pan sino también toda clase de tartas y dulces.
De vuelta en Ferrol nos introducen a la ciudad, y tras un paseo nos montamos en el coche y nos vamos de ruta a visitar un sinfín de playas de los alrededores. Las paradas que hacemos se dan en Praia de Santa Comba, San Xurxo, Ponzos y Doñiños, al igual que en Cabo Prior, donde visitamos los exteriores de un puerto industrial y su faro.
Por último, visitamos el arsenal militar de Ferrol y su base Navantia.
El arsenal, la capital de los asuntos militares del noroeste del país, se asentó en los tiempos de la Ilustración, por lo que sus edificios son deslumbrantes. ¡Y tienen cien cañones que protegen la entrada a la ría! Por suerte, nunca jamás hubo que dispararlos porque su seguridad era imbatible. En Navantia está establecida una empresa que se dedica a la construcción de barcos, no únicamente militares sino transportadores o gaseros también. Este mismo año dieron a luz a su primer flotel: como su nombre indica, un hotel que flota. Lo que daría una por poder disfrutar de una noche ahí…
Así fue esta escapada corta pero intensa para conocer las posibilidades de practicar turismo industrial en Ferroterra, comarca de Galicia que promete visitas curiosas, gastronomía exquisita y paisajes muy bonitos.
Gracias a Ferrolterra por esta invitación que nos ha permitido una primera toma de contacto con la zona. ¡Volveremos a por más!