Por lo general pensamos que practicar enoturismo es “simplemente” visitar una bodega y sus viñedos. En muchas ocasiones, la experiencia se reduce a eso. Sin embargo, cada día son mas las bodegas que se esmeran en dar una vivencia mucho mas completa, que introduzca al visitante en la tradición del vino, para llegar a apreciarlo mejor.
Es lo que llamamos la “cultura del vino”. Esa red tejida a través de generaciones con esfuerzo, muchas horas de trabajo duro, estudio, inversión, desvelos. Esa red que cobija a cada una de las viñas como a un bebé, que le mima con sus mejores cuidados, que le ve crecer guiado por la investigación y la tecnología, que le trata con pasión.
En contados casos, llegamos a bodegas donde a ese amor por la tierra y el vino, se suman otros intereses, cercanos, valiosos, que hacen la experiencia mucho mas productiva aún, si es posible.
Uno de esos ejemplos lo encontramos en Vivanco, en Briones, La Rioja. La historia de una familia que ha entregado 4 generaciones durante 100 años, a la tierra, al vino. Gente que ha nacido con el perfume del vino, que ha crecido frente a la Sierra de Cantabria, que se esfuerza cada día como ellos mismos dicen: “con dedicación y pasión”
Pero qué agradable sorpresa cuando el viajero llega a Vivanco y encuentra mucho mas. Encuentra el maridaje perfecto entre vinos y sabores de la tierra en su restaurante donde disfrutar de una completa experiencia de winecooking.
Porque el vino es más que la pareja ideal de un buen plato. Es ingrediente, protagonista en salsas, reducciones y acompañamientos. Si hasta podemos probar ¡sal al vino! La carta del Restaurante de Vivanco hace gala de imaginación, sabores y texturas: vieira asada con gelée de Malvasía, ñoquis de vino, pulpo asado con esferas de rosado, foie gras de pato marinado en taninos de 4 varietales… ¿No te tienta?
Pero si decides tomar algunas de las muchas opciones de visitas que ofrece Vivanco, también puedes elegir un maridaje con tapas en el Bar de Vino, o sentirte como un rey atendido por los expertos de la casa que te llevan a descubrir colores y sabores en las catas.
Y hay mas… una visión de la cultura del vino como parte de la Cultura con mayúsculas. Y por ello, en la Bodega encontramos el mejor Museo del Vino del mundo, reconocido por la OMT (Organización Mundial de Turismo). Un recorrido por el laborioso proceso de gestar un caldo de primera, curiosidades, detalles, investigación y objetos que hacen a la tradición de hacer vino.
Si hablamos de Cultura, no debes dejar de pasarte por su Galería de Arte. El tema del vino es el hilo conductor de una colección variada y valiosa: obras romanas y egipcias hasta trabajos contemporáneos del nivel de Miró o Picasso.
Las experiencias están allí para vivirse. ¿Cuándo? Cuando te apetezca. Me encantaría ser parte de la Vendimia, cuando el otoño ofrece los frutos en su punto, cuando el entorno se viste de rojos y pardos en las sierras… en los campos.
Me encantaría caminar entre los viñedos sobre la escarcha invernal, y recorrer los interiores de la bodega al abrigo de su historia.
Sería una excelente idea llegar a Vicanco en la primavera, con los brotes verdes creciendo en las plantas, para ver la promesa de un gran vino, para conocer el proceso desde dentro.
Y ¿por qué no ahora, en verano? Para recorrer este rincón de La Rioja, Briones, con los verdes a pleno y el sol llenándolo todo. Buscar el reposo entre las obras de arte de su Galería, para terminar la jornada con un menú especial, maridaje de sabores, colores y perfumes.
Promete. A ver si este año sí, me doy el gusto.
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