el próximo viaje

Eso mismo nos preguntábamos en casa estos dí­as. Hablando con mis hijas y planeando una escapada próxima. Tal vez en mayo: ¿Por qué no Mallorca?

Y la idea me pareció perfecta. En primer lugar porque si bien somos netamente urbanitas, nos gusta tener contacto con la Naturaleza. Y en la isla de Mallorca tenemos mucho al alcance de la mano. Playas escondidas o no tanto para dejarnos estar un fin de semana.

En ese capí­tulo tengo una asignatura pendiente. A muchos argentinos como yo, que éramos adolescentes en el 82 cuando Sandra Mihanovich graba el tema “Puerto Pollensa” de Marilina Ross, ese nombre nos suena a Meca. Tan fuerte fue el impacto de ese tema revulsivo en épocas tan grises de mi paí­s, que se volvió himno y bandera del rock y de las libertades individuales. Por éso, tengo que ir algún dí­a a Pollensa. Alguno de ustedes comprenderá este impulso primario.

Y en nuestras ganas de conocer lo distinto, queremos ver desde los vestigios de los mas antiguos pueblos, presentes en la isla siglos antes de la llegada de los romanos. Y también las Cuevas del Drach, y visitar la impresionante Catedral y asomarnos al Mediterráneo ante el Parc de la Mar, recorrer el Paseo Marí­timo, la Lonja, Portopí­, subir al original Castell de Bellver…

Nuestros planes se van multiplicando y puestas a buscar alternativas entre los hoteles en Mallorca, nos dimos cuenta que no alcanzan dos o tres noches para dar un vistazo a la isla. Mucho y muy bueno para ver y para disfrutar. Servicios y lugares que nos aseguran una buena experiencia.

Y entonces, tal vez, pueda sentarme en la playa de Puerto Pollensa a tararear alguna vieja canción.

Foto de Jaume Meneses