Barcelona y Modernismo se dan la mano. Por algo la capital catalana es una de las grandes ciudades donde ver representaciones de este estilo artístico, a la que acuden visitantes interesados de todo el mundo. ElArt Nouveau tiene en Barcelona entidad propia: es el Modernismo catalán que encontró en esta ciudad y en sus mecenas, el ambiente ideal para desarrollarse espléndidamente.
El Recinto Modernista Sant Pau, es un claro ejemplo de la unión de arte y patrocinio, y es hoy una visita impostergable a tu paso por Barcelona.
Ya en la Edad Media, Barcelona contaba con un hospital que debía atender a su gran población: era el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que se levantara en 1401. Funcionó allí hasta finales del siglo XIX, cuando ya se mostraba insuficiente. Hoy funciona allí la Biblioteca de Catalunya (Carrer Hospital, 56).
Y es entonces cuando comienza a gestarse el Sant Pau que hoy conocemos como gran centro cultural. Gracias al legado de Pau Gil, un banquero barcelonés que desarrolló su vida (y su fortuna) en Francia, en 1902 comienza a construirse un complejo hospitalario que se inauguraría recién en 1930.
Ingente tarea, seguir las ideas revolucionarias del diseño de Lluís Domènech i Montaner, uno de los maestros del Modernismo catalán. A su gusto por el detalle y la decoración, sumó su interés por los conocimientos más avanzados de su época.
Siguiendo un concepto absolutamente revolucionario para le momento, diseña un complejo con distintos pabellones dedicados a diversas dolencias y tratamientos, un área centras de cirugía y plena al detalle el movimiento de pacientes y accesos (tengamos en cuenta que en esa época los pacientes eran transportados en carros). Incorpora además, detalles como el azulejado de suelo a techo para facilitar la tarea del aseo y desinfección, medidas que hace mas de un siglo eran de avanzada.
Domènech i Montaner busca la luz, cuida la decoración, es práctico y eficiente, y, asimismo, se fija en detalles sorprendentes para aquel entonces: elige colores diferentes para determinadas áreas de internación, por ejemplo, optando por decorar en verde con motivos florales algún pabellón de internación de mujeres, por considerarlo más relajante. Todo un precursor de lo que hoy llamamos cromoterapia.
Se construye en dos fases: la primera por el propio Domènech, entre 1902 y 1913, consta de trece edificios modernistas; la segunda, fue realizada por su hijo Pere Domènech i Roura a partir de 1920. El Hospital “nuevo”, funcionará desde 1930 y hasta el año 2009, aunque en los últimos años ya se iban trasladando servicios al nuevo edificio construido junto al Recinto.
En 1997, el Recinto ya había recibido la distinción de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en virtud de ser uno de los más hermosos y completos ejemplos del Modernismo catalán.
Mas de 270 actividades en Barcelona con descuentos especiales para nuestros lectoresVisita al Recinte Modernista Sant Pau
A unos 500 metros por detrás de la Sagrada Familia, lo único que existía en la zona a finales del XIX, se eligió un amplio solar de 300 x 300 metros para levantar el complejo. Hoy podemos visitarlo reconvertido, poco a poco, en un centro de actividad cultural y económica.
Son varias las instituciones empresas que han elegido el lugar para sentar sus sedes, en los pabellones que poco a poco van siendo restaurados. Una tarea enorme que vuelve a su esplendor los mil detalles que imaginó Domènech i Montaner.
Las visitas guiadas al recinto se inician en un nivel más abajo de la calle (junto a las taquillas, en la esquina de las calles San Antonio María Claret y Cartagena). Por allí entraban los carros para entregar los pacientes para su primer evaluación. Hoy, esos pasillos de cerámicas blancas, nos permiten imaginar el ambiente de entonces.
Ya subiendo a la superficie, llegamos a la amplia explanada central, frente al Pabellón de Operaciones donde se realizaron obras para volverlo a su esplendor. En todo el recinto hubo que refuncionalizar muchos espacios que se habían construido para aprovechar cada centímetro para albergar consultas, o para dar paso a los vehículos. Se cerraron calles internas, se cambiaron solados, se retiraron parece y paneles en cada uno de los pabellones para volver al original.
En el camino se descubrieron o se volvieron a dar luz a verdaderas obras de arte arquitectónicas, cornisas, recubrimientos, detalles constructivos y decorativos que asombran al visitantes. Es imposible captar todos los detalles, y sirven de mucho las explicaciones de los guías para descubrir significados en los colores, materiales y formas que dan forma a los pabellones del Recinto Modernista Sant Pau.
Durante el recorrido guiado se visita el Pabellón San Rafael, donde podemos ver una enorme fotografía que reproduce el mismo espacio tal como era a principios del siglo XX: camas en hileras, en un mismo espacio.
Más adelante en la visita, entramos al magnífico edificio de la Administración, donde nos quedamos llenos de asombro ante la imaginación puesta al servicio de la arquitectura. Dejo a continuación una galería de imágenes que pueden ayudar a describirlo.
Hay que recorrerlo con pausa, mirando cada rincón, cada pieza cerámica, colores y significados. Hay muchas referencias al gran mecenas por el cual el hospital agregó en su tiempo el “Sant Pau” a su nombre original. Es que sin el apoyo personal y, sobre todo, económico, de un gran mecenas esta obra no podría haberse completado.
El Recinto Modernista Sant Pau se define hoy como un espacio de condimento. A medida que se vayan restaurando más y más pabellones, podremos sumergirnos más aún en ese universo colorido y creativo que nos dejó Domènech i Montaner como obra maestra del Modernismo catalán.
Información práctica para la visita:
Ubicación: C. Sant Antoni Maria Claret, 167
Horario: ver detalle
Precios: visita general 8 euros. Visita guiada 14 euros (muy recomendable)
Más información en la web del Recinto Modernista Sant Pau
3 Comentarios
[…] estábamos a pocos metros del Recinto Modernista Sant Pau, que visité hace unas pocas semanas en un anterior viaje a Barcelona. No lejos se encuentra el […]
[…] El recinto se inaugura en 1930 mostrando un diseño atípico e innovador, dividiendo las especialidades nacidas con la evolución de la Medicina e incorporando adelantos que para la época fueron revolucionarios. Domènech i Montaner tuvo en cuenta conceptos nuevos (y por entonces casi desconocidos) para conseguir más higiene para prevenir contagios (como el usar azulejos de suelo a techo), o lo que hoy llamamos cromoterapia al dar luz y color diferente a cada pabellón. […]
[…] El recinto se inaugura en 1930 mostrando un diseño atípico e innovador, dividiendo las especialidades nacidas con la evolución de la Medicina e incorporando adelantos que para la época fueron revolucionarios. Domènech i Montaner tuvo en cuenta conceptos nuevos (y por entonces casi desconocidos) para conseguir más higiene para prevenir contagios (como el usar azulejos de suelo a techo), o lo que hoy llamamos cromoterapia al dar luz y color diferente a cada pabellón. […]