Hace unos meses tuve la suerte de viajar a la isla de Menorca por primera vez. Mucho y muy bien me habían hablado de esta isla. En repetidas oportunidades me detuve en alguna revista de turismo disfrutando de sus paisajes, de ese ambiente relajado que se transmite en las imágenes de Menorca.
Una vez allí, pude reconfirmar que la idea que me había hecho de la isla corresponde con la realidad y es superada por ésta. Menorca, una isla más plana que sus compañeras baleares, pero cuyo relieve dibuja curvas y ensenadas, elevaciones y planicies y que permite acceder a cualquier rincón de la isla sin esfuerzo.
Menorca, lejos del turismo masivo, y dedicada a mantener las tradiciones.
Menorca, donde el tiempo y la naturaleza son los protagonistas indiscutidos.
El tiempo, visto desde la perspectiva de la historia, con sus monumentos megalíticos llenos de misterio y que despiertan aún admiración. Y el tiempo propio, del visitante, que gana otra dimensión al ver pasar las horas laxas, relajadas, sin apremios, en alguna de sus calas, caminando por las calles de sus pueblos, mirando el amanecer (no olvidemos que el primer rayo de sol del día llega antes a Menorca que a cualquier otro punto de la geografía española).
O un atardecer como el de la foto de inicio desde la espectacular Cova den Xoroi, espacio natural ubicado sobre un precioso acantilado de la costa sur.
He vuelto de Menorca llena de sensaciones, esas que iba buscando y que colmaron mis expectativas.
Dejo aquí las fotos que subí mientras recorría isla.
Llegando a Menorca ya puedes reconocer los recortes de su costa, adivinando las calas y las playas que te están esperando.
Menorca, ese lugar donde dejar pasar el tiempo, escuchando los sonidos del agua, llenándote del perfume de las hierbas y con la brisa en la cara.
Foto de Hotel Torrralbenc.
Junto al Faro de Favaritx se abren unas muy bonitas playas. Te conviene dejar el coche a pie del Faro y caminar un trecho. Junto al parking, se ven una sogas y junto a ellas hay unos carteles indicadores de que allí comienza el famoso Camí dels Cavalls que rodea la isla. Este camino puede recorrerse a pie, en bici o a caballo, por supuesto.
Si bien yo llegué a la isla en avión, me encantaría arribar por mar. Trasmediterranea viaja a las Islas Baleares y llega al puerto de Mahón. Una alternativa muy práctica ya que puedes llevar tu coche para recorrer la isla a tu aire, si bien también puedes alquilar uno allí o confiar en las empresas de viajes del lugar, que te atenderán como si fueras un amigo de toda la vida.
Nosotros tuvimos una magnífica atención de los chicos de Jeep Safari Menorca que nos llevaron a recorrer la isla por los caminos menos transitados, y siempre con buena onda. (están en Facebook)
Imposible no detenerse a gozar con los sabores de Menorca. Los quesos, embutidos, los dulces y la cocina de autor, siempre con los pies bien firmes en la tradición culinaria de la isla.
Si te gustan los sabores propios y personales de la gastronomía lugareña, no dejes de visitar a Kiko de El Paladar en Ciutadella, una jamonería gourmet donde encontrarás desde los quesos mas artesanales hasta una enorme variedad de aceites, hierbas y embutidos… y un jamón para no olvidar.
Decíamos que Menorca asombra con sus monumentos megalíticos. El de la imagen es la Naveta des Tudons, el monumento prehistórico más famoso de Menorca. Las navetas son construcciones propias de Menorca y son de los monumentos funerarios más antiguos que se recuerdan. Se construyeron sobre el año 1000 a.C. y pertenecen a la cultura talayótica de la isla.
Y sus playas… ese mar transparente poblado de bosques submarinos de posidonia y donde encontrarás paz para tus vacaciones. En este caso, esta imagen es de la Platja de Cavallería , muy cerquita del faro del mismo nombre donde hay una cueva que termina en un impresionante balcón al mar sobre el acantilado. Anímate, deja el vértigo de lado y asómate (un poquito). No te arrepentirás.
Queda mucho mas de Menorca… Biníbeca y sus casas blancas, Ciutadella y su encantador puerto, los hoteles rurales, la Fortaleza de la Mola, los faros, calas… la gente.
Mi primer recorrido por Menorca terminó, dejándome ganas de mas. Por lo que sin dudas, volveré pronto.
2 Comentarios
Yo no me canso de la isla, bañarte en esas aguas transparentes y calmadas no tiene precio, estas en el paraíso. SI vuelves, te recomiendo comer en Can Bernard. Un saludo
[…] puedes desear tirarte en una playa de Menorca sin mover un dedo durante tus vacaciones, pero es probable que termines caminando por las calles […]