La Paz es una ciudad única por muchas razones. Pocas veces te encontrarás a más de 3.000 metros de altura. Y muchas menos encontrarás una ciudad completa construida a esa altura.
Es, además, un lugar extraño en si mismo. Un inmenso pozo de cientos de metros de profundidad, una enorme hendidura de una meseta de altura plana y desértica. Son las dos caras de una ciudad, que son dos en realidad:
* El Alto, asentada sobre esa llanura a 4.070 metros de altura. Es la ciudad más alta del mundo con más de 100.000 habitantes. De tierra seca, de clima duro, y barrios multitudinarios chatos que se extienden con pereza por la geografía del altiplano. Allí se encuentra el aeropuerto de El Alto, uno de los más singulares el mundo y que obliga a los pilotos a operar con destreza para salvar las condiciones propias de la altitud.
* La Paz, propiamente dicha, construida en el bajo de esa hendidura mencionada. Una de las siete ciudades Maravilla del Mundo 2014. Construida desde abajo hacia arriba, desbordando sus propios límites y uniéndose a El Alto en una convivencia cívica a veces conflictivas. Su zona urbana oscila entre los 3.100 y los 4.000 metros, un desnivel brutal que salva la ciudad con avenidas, cuestas, puentes y viaductos. Y recientemente, con 3 líneas del telesférico urbano más alto del mundo.
Por La Paz pasa el río Choqueyapu. En La Paz reside gran parte de las funciones del gobierno nacional. Están los centros comerciales, las instalaciones deportivas, las plazas históricas, los barrios humildes y los otros. El clima aquí es más húmedo a medida que se va descendiendo, en inversa proporción al valor de las propiedades y al “estatus” de sus áreas.
La Paz como un todo es una ciudad que tienen una larga historia que se remonta mucho más allá de su fecha de fundación en 1548 por Alonso de Mendoza (uno de los muchos conquistadores españoles que “veraneaban” por allí en aquellos años).
Ciudad de colores fuertes y pasos lentos. De clima errático y smog pesado, moderna y tradicional a la vez.
Aquí dejo algunas fotografías que pintan una ciudad singular.
Calles de adoquines y tiendas en las calles. Son muchos los paceños que viven de un pequeño puesto de comida o textiles, que cierran por la noche y vuelven a abrir por la mañana. Ellos, por la noche, suben a El Alto a sus más que humildes casas.
Profundamente religiosos, los bolivianos saben aunar credos como muchos otros pueblos de Latinoamérica que tuvieron que “adoptar” el cristianismo muchas veces a la fuerza. Aquí una pequeña tienda de imágenes religiosas en el típico estilo boliviano (colorido, recargado, florido), aunque también puedes comprar souvenirs, imanes, parches para la mochila o una taza con la leyenda “Bolivia” para tu desayuno diario en casa.
Calles del barrio de la Iglesia de San Francisco, donde podrás encontrar desde tiendas de textiles hasta de curanderos. O sea, para volver a casa con un poncho o una cabeza de cabra. Tú eliges.
Frente colonial de una antigua casona del siglo XVI/XVII. Hoy sede del MUSEF o Museo Nacional de Etnografía y Folklore. Un fantástico recorrido con piezas impresionantes, entre ellas una gran sala con quipus, un antiquísimo sistema de codificación a través de nudos, que usaban a los mensajeros que atravesaban el imperio inca para llevar noticias y llevar las cuentas (recaudación de impuestos, censos, cosechas, y demás).
Y en la sala de máscaras, perfectamente ambientada, podrás ver ejemplos maravillosos de máscaras rituales o festivas, de todas las regiones de Bolivia: desde la costa, al desierto a la selva. No te lo pierdas.
Curioso encontrarse con tres “cebras” por la calle, ¿verdad?. En Bolivia se echa mano de la larguísima tradición animista para dar a conocer muchos mensajes. En este caso, tres empleados de la ciudad, vestidos de cebra, llaman la atención de los viandantes sobre la conveniencia de echar la basura en los contenedores. Otra manera de educar.
La Plaza de la Iglesia de San Francisco es un buen lugar para ver la vida cotidiana.
Desde el flamante telesférico de La Paz podemos tener una idea más acabada del carácter único de la ciudad. Las mejores vistas desde la línea amarilla, pero cualquier itinerario te deslumbrará. Mira hacia los costados a medida que te sumerges en el pozo (yendo hacia abajo) o “saliendo a la superficie” si vas hacia arriba. Puedes tomarlo también para ir al aeropuerto, bajando en la terminal de El Alto y desde allí un taxi (unos 15 minutos de viaje).