En mi visita a Plasencia, me alojé en el Hotel Palacio Carvajal Girón, un auténtico 4 estrellas que se ubica frente a la Plaza de Anzano, a escasos 70 metros de la Plaza Mayor de la ciudad.
Un hotel cuyo edificio tiene una larga historia. Se levanta sobre las llamadas “casas grandes” del mayorazgo de la familia Carvajal. La construcción que ocupa el hotel actual es de los tiempos de Diego González de Carvajal y Constanza Girón Loaisa, del siglo XVI. También vivió aquí su hijo, el obispo de Coria Don Pedro de Carvajal, quien está enterrado en la Iglesia de San Nicolás.
La plaza que se abre frente al hotel se abrió en el siglo XVIII gracias a que la familia Ansano Carvajal comprara las fincas que allí estaban para demolerlas y darle perspectiva al palacio.
El Hotel Palacio Carvajal Girón ocupa este edificio noble, austero y sólido, que da la bienvenida con un amplio portón que han sabido mantener y restaurar. Asimismo es de destacar la tarea de restauración de todas las estancias, con salas de lectura, descanso y un grupo de habitaciones con todos los servicios.
No hay dos habitaciones iguales, y todas sorprenden por algo. Por el esmero en los detalles, por las dimensiones, por la originalidad de su mobiliario, por su estilo. Siempre con el equilibrio justo de historia, modernismo y sobriedad. No falta nada, pero tampoco sobra, no es minimal, pero nos invita a pensarlo.
La recepción se ubica a la izquierda del amplio zaguán de entrada, traspasado el portón noble. El interior mantienen las paredes de roca y los techos altos, con nueva vida en sus vigas. La iluminación es un poco escasa y el sistema de recepción del pasajero es diferente, con la oficina detrás de un antiguo y amplio escritorio.
El antiguo patio con doble altura es hoy el espacio para tomar el desayuno, o para leer o escuchar música. Anexo hay una pequeña sala para cenas o reuniones privadas y mas allá del pasillo, se abre el restaurante que da a la plaza y por detrás, la cocina.
Una amplia escalera señorial se abre a la derecha del patio, donde vemos un antiguo aljibe, y nos lleva a la primera planta donde hay una sala principal del antiguo palacio, que ocupa gran parte de la fachada principal, y que hoy es una amplia y cómoda sala de descanso. Como en muchos otros espacios, esta sala tiene grandes dimensiones y permite tener varios rincones diferente en una misma estancia.
Por debajo de la escalera, a un nivel mas abajo de la calle, encontramos una pequeña piscina cubierta. Es de uso exclusivo de los clientes y hay que pedir reserva para acceder y así estarás solo. Las dimensiones son pequeñas y el techo es una cúpula baja, pero está muy bien acondicionada con baño y ducha separados, escalones y bancada dentro de la piscina, así como velas perfumadas para tener un rato de relax con privacidad.
Habitaciones
Me alojé en una suite. Creo que una de las habitaciones mas grandes que he visto. Con dimensiones de verdadera estancia palaciega y un baño casi excesivo. ¿Por qué digo esto? Se nota que han tenido que lidiar con la estructura del edificio para convertirlo en hotel, y algunos detalles se notan.
La distribución del baño es asombrosa, un verdadero spa, con una bañera que es casi una piscina (¿Cuánto tiempo y agua se necesitará par llenarla?). Además hay un plato de ducha doble que en si mismo es mas grande que muchos baños completos de hoteles que he visitado. Todo construido de obra, con terminaciones muy finas. Genera un ambiente espectacular de relax y no dan ganas de salir del baño, sinceramente.
En cuanto a las amenities, creo que podrían incluir algo mas. Viendo el baño que es, y promocionando que cada baño es un spa, eché en falta algo que me permitiera disfrutarlo de esa manera. Unas sales, foam, velas perfumadas, una crema exfoliante, por ejemplo. Pero en líneas generales están bien.
En cuanto a la habitación en si misma, otra vez tenemos que hablar de grandísimas dimensiones. Una gran cama de 2 metros de ancho, con un colchón que es una nube y unas sábanas que son para acariciarlas toda la noche.
Incluye una chimenea con sus sillones y mesita para disfrutar del fuego (¿La encenderán en invierno?). También un gran escritorio con su sillón.
Pero… sólo un pequeño armario y un único banco para apoyar la maleta. Una habitación enorme para dos personas. Al día siguiente, sin haberlo pedido, agregaron un segundo armario, pero no había mas bancos para maletas (de esos plegables con tiras de cuero, normales). Por lo que la segunda maleta durmió sobre la mesa frente a la chimenea durante toda la estadía. Un detalle a mejorar.
Desayuno
Aquí creo que hay bastante para mejorar también. El desayuno se sirve en el patio. Las mesas están preparadas por lo que al bajar y al no ver desayuno buffet, te sientas y esperas obedientemente que venga el camarero.
La atención es diligente aunque un poco tímida. Te toman el pedido de lo que quieres tomar dentro de las posibilidades mas o menos clásicas de un desayuno continental. Té o café, zumos, tostadas de ricos panes locales, mantequilla, mermeladas.
También hay fruta que pueden servirte entera o en ensalada, pero si no preguntas, no te enteras. Así como también hay huevos a tu gusto, pero que no están “dentro del menú de desayuno” (?). Por lo demás, aceite de oliva local con D.O.Las Hurdes, miel extremeña, etc.
El patio es amplio. Un aljibe y un hermoso piano tienen su lugar. No falta espacio donde podría colocarse una mesa para un desayuno buffet (la cocina está justo al otro lado del pasillo, a unos pasos, camino que hacen los camareros con cada desayuno para llevarlo a cada mesa).
Los mismos elementos del menú actual (y algún agregado un poco mas gourmet), bien expuestos para los comensales que se acerquen a servirse, creo que sería una mejor opción.
Los productos locales son tan buenos que merecerían ser exhibidos: una canasta con esas hogazas de pan, la multitud de mermeladas locales, fuentes con fruta fresca, tablas con quesos, embutidos (que también te traen en tu platito si los pides), miel, frutos secos. Un espectáculo para los ojos y el paladar. Sólo restaría que los camareros tomaran la orden de las bebidas, para una atención personalizada, si lo prefieren.
Es sólo una sugerencia para redondear una experiencia perfecta.
Agradezco al Hotel Palacio Carvajal Girón la atención cálida y preocupada por cada uno de sus huéspedes.
Ubicación: Plaza de Ansano, 1 - Plasencia
Web: Hotel Palacio Carvajal Girón