Hace unas semanas compartí una cata de vinos blancos realizada durante una visita a la Bodega Marqués de Riscal durante la cual participamos de un Aula de vinos para aprender algunos secretos de estos caldos.
Hoy pasaremos a los tintos y recorreremos la Bodega nueva y la tradicional, conocida como “La Catedral“.
Volvemos a la sala de catas para probar los sabores de la DOC Rioja. Una Denominación de Origen Calificada de larguísima historia: La primera referencia documental relacionada con la protección de la calidad y garantía de los vinos de Rioja data de 1650; aunque ya en 1102, el Rey Sancho de Navarra reconocía jurídicamente estos prestigiosos vinos.
Rioja es la Denominación de Origen más antigua de España (desde 1925) y la primera del país en recibir la Denominación de Origen Calificada (en 1991). En la actualidad los vinos Rioja se producen de viñas que ocupan unas 63.000 hectáreas que producen unos 6.000 kilos de uva por hectárea. En total, una producción de aproximadamente 380 millones de botellas por año.
Los vinos de Rioja se crean utilizando el proceso de maceración carbónica. Dejo aquí un vídeo de El Portal del Vino que explica este proceso, aunque las imágenes no son de la bodega Marqués de Riscal.
Uno de los secretos de la bondad de los vinos de Rioja está en los suelos. Dentro de la Denominación pueden identificarse diferentes sustratos que dotan a los vinos de un caracter particular. Y entramos ya en una información que servirá más a los paladares más sofisticados, pero que si educamos nuestros sentidos podremos ir observando poco a poco, copa a copa.
El suelo es por lo general arcillo-calcáreo y las pequeñas diferencias se notan en los caldos. La Rioja alavesa está protegida por la Sierra de Cantabria, por lo que este factor ayuda a dar más equilibrio al vino. En La Rioja baja se observan vinos con mayor presencia de alcohol y menos acidez y en La Rioja alta que se encuentra menos protegida de los elementos, su suelo produce vinos con menos alcohol y mayor acidez.
Durante la visita recorrimos las instalaciones más nuevas, construidas a un costado del acceso al Hotel y frente a algunas de las viñas más antiguas. En estas nuevas bodegas pudimos conocer el proceso que sigue la uva hasta convertirse en los mejores vinos, el laboratorio, las cubas de acero, las de madera, etc.
Mas adelante tocó visitar la antigua bodega, de 1883, donde se sigue procesando el vino hasta hoy. Tal vez el lugar que más nos llamó la atención fueron esos pasillos umbrosos donde duermen los barriles cargados de los mejores caldos, esperando madurar y dar lo mejor de si.
Entre gruesas paredes de piedra, se encuentra La Catedral el sector más antiguo y privado de la bodega. Y gracias a la atención de la empresa, tuvimos acceso a esos pasillos donde se apilan en sus estanterías de hierro botellas de cada una de las cosechas desde la fundación de Marqués de Riscal. Se encuentran aquí los ejemplares más valiosos, las añadas míticas, las más buscadas: como el Barón Richel Reserva 2001. Todo perfectamente conservado y envuelto en telarañas, descansando perfectamente inventariado.
Como broche de oro, la guía nos explicó y demostró cómo se abre una botella añosa. No, no se usan sacacorchos ya que el estado de los corchos no es el adecuado y se romperían estropeando el contenido de la botella. Se humedece el cuello de la botella y se apresa el cuello con unas pinzas curvas calientes hasta que el cristal se parte limpiamente.
La cata de tintos propiamente comenzó con un Marqués de Arienzo Crianza 2007. Un vino que combina uva tempranillo, graciano y mazuela.
Un vino rojo intenso, con una graduación de 13,5 grados y unagradable sabor y perfume. Su costo en tiendas es de aproximadamente 6,50 euros.
El segundo fue un Marqués de Riscal Reserva 2006 con la mismas mariedades del anterior. En este caso ha pasado 2 años en barrica de roble americano y 3 años en botella.
Un rojo más intenso y profundo, fruto de viñas con más de 20 años de edad. Su costo en tiendas es de aproximadamente 13 euros.
Continuamos con el vino que más me gustó a mi personalmente: un Finca Torrea 2006, 90% tempranillo y 10% graciano.
Uno de los llamados “vinos modernos” que se apartan un poco de la ortodoxia y tradición de Rioja. Criado en cubas de toble allier francés y fruto de las viñas más viejas de la bodega. Una delicia con claras notas de especias y un rojos oscuro y aterciopelado (también en boca).
Este vino en tienda cuesta unos 18 euros.
Tuvimos la oportunidad de probar también un Gran Reserva Barón de Chirel 2005. Magnífico caldo clásico, nacido de tempranillo y Cabernet Sauvignon y añejado en roble francés.
Un vino tradicional y potente, con profundos matices rubí oscuro que muestran la herencia de las viñas más antiguas. Un vino que en tiendas cuesta unos 42 euros.
Finalmente, fue el turno del veterano de la casa, el Gran Reserva Marqués de Riscal 2004. Un vino que hereda las más profundas tradiciones de la cultura del vino de Rioja. Antes de llegar a tu boca, ha pasado 30 meses en barrica de roble americano y mas de 4 años en botella.
Aquí, guiados por los maestros de la Bodega Marqués de Riscal, pudimos descubrir los tonos rojos de la cereza picota y sabores tan asombrosos como el de la vainilla. Un vino que se puede conseguir en tienda por unos 30 euros.
Si quieres visitar la Bodega Marqués de Riscal, debes hacer una reserva previa desde su página web. La visita normal recorre las instalaciones e incluye una pequeña cata de 2 vinos en un paseo que dura aproximadamente una hora y media. La visita cuesta sólo 10 euros.
Visitamos la bodega, hotel y spa gracias a una invitación de Marqués de Riscal.
Para leer: Bodega Marqués de Riscal: Aula de vinos (I)
1 Comentario
Impresionante!