Uno siempre tiene expectativas personales cuando va a un viaje. Las mías incluyen siempre los sabores del lugar que visitaré. Y en el caso de mi viaje a Bretaña, se vieron ampliamante satisfechas.
No tenía una idea muy definida de lo que me encontraría en la mesa de Bretaña. “Cocina francesa”, una etiqueta mas o menos vaga que incluye desde la crema chantilly hasta el foie gras. Sin embargo la cocina bretona me sorprendió gratamente.
Auténtica, popular, accesible, comprensible. De sabores naturales y definidos, sin salsas complejas que enmascaren los sabores de los productos de la tierra.
En mi cuenta en Flickr he abierto una colección de fotos que lleva el mismo nombre de este post: Bretaña gastronómica en la que voy sumando poco a poco los lugares donde comí, los platos que disfrutamos en el grupo de viaje y algún comentario adicional.
Aquí dejo un resumen con los datos de los lugares para que, si viajas a Bretaña y quieres descubrir los sabores tradicionales, te puedan servir de ayuda.
En Rennes comimos en A l€™abri du Marché ( aquí mi reseña en Minube)
* Galette de blí¨ noir (una críªpe salada muy fina hecha con trigo oscuro sarraceno, foto del inicio) La de jamón, queso emmental y huevo (4.90 ‚¬), la Goulue con papa, queso emmental, andouille de Baye (un embutido regional de cerdo), crema a la mostaza picante, lechuga y ciboulette (8.50‚¬)
* Moules al vino blanco (foto de moules í la mariniere), los tradicionales mejillones bretones (mas pequeños pero muy saborosos) con echalotte, perejil y manteca salada (7.30 ‚¬) Ver : Cocina de Bretaña: les moules en Diario del Viajero.
* De postre unos caramelos de manteca salada que son tradicionales de esta zona. La mantequilla o manteca siempre viene salada. Como excepción se puede pedir non salée para el desayuno, por ejemplo.
* También pedimos unas críªpes ( que siempre son dulces y de harina blanca): í l’Iroise con manzana caramelizada, canela, crema chantilly y almendras grilladas con helado. Y otra de pera macerada en vino con nata montada y caramelo. (3.30 ‚¬)
* Para beber, probamos la típica sidra bretona. Es de un amarillo profundo, con pequeñas burbujas y algo mas dulce que la que conocemos. Se bebe en unas tazas (sí, tazas) con dos asas a los costados, llamadas bolée.
* Para finalizar, un rico noisette o sea un pequeño café cortado, en tacitas minúsculas para el uso nuestro. Vamos, que es para tomarse un par, porque además lo hacen muy sabroso.
Nos despedimos de la primer parada gastronómica (foto) en Bretaña con el convencimiento de que en pocos días ganaríamos unos cuantos kilos.
3 Comentarios
Mmmmm… qué hambre!
TodavÃa no hemos viajado a Bretaña pero le tenemos ganas. Y para tenerle todavÃa más vamos a cenar de vez en cuando a un restaurante en Madrid donde hacen unas galettes bretonas buenÃsimas, se llama Breizh, La Crêperie
Saludos
Hombre, desde luego yo, el motivo más importante que tengo para viajar es el de la gastronomÃa. Creo que es un mundo en el que no terminas de descubrir sensaciones. Además a ciertas edades…….
Saludos y buen blog
No debà haber entrado ahora, qué hambre ;)