He tenido la oportunidad de navegar entre ballenas en varias ocasiones, y puedo asegurarles que es una experiencia inolvidable.
Un año mas presenciamos la llegada de la ballena franca austral a su casa, la Península Valdés, en la Patagonia argentina. Estamos en plena temporada de avistaje de cetáceos en esta zona que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999.
El avistaje de estas ballenas es una de las excursiones que no puedes perderte si pasas por este magnífico espacio protegido en la Provincia de Chubut de la Patagonia Argentina. Por mi trabajo, he tenido la oportunidad de realizarlo en varias ocasiones y en diferentes épocas.
La mayoría de los visitantes se alojan en la ciudad de Puerto Madryn, desde donde hay que trasladarse a la Península, a unos 100 kilómetros que se hacen en poco mas de una hora de viaje. La única localidad de la Península Valdés, sin contar las estancias privadas, es el pueblo de Puerto Pirámides. Desde allí salen las embarcaciones que recorren el Golfo Nuevo.
Los barcos están preparados para navegar con seguridad tanto para los pasajeros como para los animales, respetando las distancias obligatorias. No pueden acercarse demasiado a las ballenas especialmente porque éstas van allí a tener cría, y podrían lastimarlas. Sin embargo, las ballenas francas son animales muy curiosos y es frecuente que se acerquen a las embarcaciones cuando éstas paran motores y se detienen en mitad del golfo, frente a las costas a observar a los animales.
Como les decía, he tenido oportunidad de hacer esta excursión en varias ocasiones. En una de ellas, y acompañando a un grupo de científicos que visitaban la zona, navegábamos en un bote neumático tipo zodiac. Al detenernos, se hizo el silencio. Ese silencio patagónico que viene desde el oeste a ras de suelo silbando a viento, roto de vez en cuando por la salida a la superficie de una ballena y el sonido del agua expulsada en una especie de sifón.
Vimos madres y cachorros. Adultos vigilantes. Algunos saltos, a la distancia. Sin embargo, lo que nunca podré olvidar, es cuando sin que nos diéramos cuenta, una ballena de unos 7 metros de largo apareció silenciosamente al lado de nuestro bote. Se puso a lo largo en paralelo a nosotros, asomó su cabeza lentamente y su ojo gigante nos miró. Reparó tranquilamente en cada uno de nosotros que, con la boca abierta y sin atinar a movernos, nos apiñábanos en un costado, las manos aferradas a una soga. Puedo asegurarles que todos, desde el más simple de los mortales hasta el científico mas experto, sentimos cómo se nos erizaba la piel.
En esos instantes fugaces, en que tu mirada se cruza con la de este gigante, tienes la convicción de que si pudieras tocar su superficie rugosa sentirías un estrimecimiento mutuo, a pesar de los casi 50 centímetros de grasa que hay debajo de su piel.
La ballena nos observaba curiosa. De repente y sin casi mover la superficie del agua, giró sobre su panza para darnos la espalda y sumergirse. De haber querido, con un pequeño golpe de su enorme cola, nos hubiera mandado a las aguas heladas el golfo. Pero no… se contentó con espiarnos.
Y nosotros a ella.
Video | Argentina late con vos en Youtube
6 Comentarios
Hola, muy exhaustivo tu artÃculo y me dejó cansado.
Es bueno pero me dejó una gran duda:
¿Qué debo hacer para navegar entre ballenas?
Buenas energÃas para ti, de las mejores que pusieron a funcionar el universo.
(:
Desde Puerto Madryn o desde Puerto Pirámides (esta úlima localidad directamente en PenÃnsula Valdés), se contratan salidas en barcos autorizados. Hay que viajar a la Patagonia argentina, pero merce la pena. Gracias por dejar tus palabras aquÃ. Saludos.
Hola Valeria.
Gracias por tus post aquà y en Diario del Viajero, son realmente útiles!
Te escuché en la quedada de Minube en Fitur hablar sobre Argentina y he pensado que podrÃas echarme una mano con tus consejos sobre el viaje que planeo a ese paÃs en los próximos meses. He empezado a organizar una ruta que aún no es definitiva y sobre la que te agradecerÃa mucho me dieses tu opinión
De verdad, muchÃsimas gracias
ele
Hola Ele: He editado tu enlace dentro del comentario porque redirige a una pagina que no es tu blog (no sé qué puede estar mal) Me dare una vuelta para comentar en tu post que acabo de leer. Sin dudas, es un itinerario muy justo (mucho) y los que organizan un viaje de 15 dias a Argentina, no llegan a ver ni la mitad de lo que incluyes en tu itinerario. Al menos el cruce a Chile y la ida a Salta, que llevan mucho tiempo. Ya te daré mi opinión pero te adelanto que irá de recortes, mas tiempo o priorización. Ahora estoy de vacas, a mi regreso me pongo. Saludos!
Ahora que me pongo a pensar, ya son unos cuantos “bichos” los que se han fijado en mi !!! jejejeje. Gracias Purkinje por dejar tu comentario.
Buf… que experiencia!! Yo tambien he avistado ballenas franca. En mi caso no las vimos tan de cerca, pero si las vimos saltar, y gracias a un micro subacuatico, las escuchamos cantar.
La experiencia de que un “bicho” me mirara curioso me paso en la Isla del Coco, con un tiburón martillo que pasó a mi lado, me miró… y se fue para otro lado tan tranquilo.
Se me pusieron los pelos de punta, pero no por miedo, porque el animal se veÃa muy tranquilo, pero si del sentimiento de sentirme observada… Una sensación irrepetible.