Quiero que quede claro: ésta no es una apología del uso de armas, ni mucho menos. Es más, lo que me lleva a escribir este post es mi total aversión a las armas de cualquier calibre, licencia y uso.
Y es esa aversión que me hace cuestionarme si cualquier cosa puede clasificarse como atractivo turístico, que cualquier filón sirva de fuente para generar ingresos de los turistas.
¿A qué viene ésto?
Camboya tiene una larga historia que se remonta al siglo V. La edad dorada de la civilización jemer se ubica en el período comprendido entre los siglos IX y XIII. En ese entonces el reino de Kambuya, que otorgó su nombre a Camboya, gobernó sobre extensos territorios desde su capital en la región de Angkor al oeste de Camboya, a orillas del río Mekong.
De aquellos siglos de florecimiento cultural, ha quedado un importantísimo patrimonio cuya obra maestra lo constituyen los Templos de Angkor Wat, inscriptos dentro del listado de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
De aquellos dorados tiempos, se pasó a un protectorado francés durante el siglo XIX y ya en el siglo XX a una negra etapa de muerte y fanatismo con la ascensión de Pol Pot y los Jemeres Rojos.
La sociedad camboyana fue víctima y verdugo de si misma (con ayudas e intereses externos como pasa siempre en estos casos). La violencia, el miedo, la persecusión, la delación, la corrupción se arraigaron en ella. El poder militar todo lo puede en Camboya.
Hoy, un inmenso arsenal, después de décadas de conflicto y guerra civil, se ha convertido en un atractivo turístico para visitantes de todo el mundo. Y una fuente de ingresos consiguiendo dinero de turistas extranjeros fanáticos por el uso de armas de guerra.
No estamos hablando de polígonos de tiro donde la gente va a disparar a una diana con armas mas o menos “normales” (que ninguna lo es, a mi entender), sino de auténticas armas de guerra.
Los militares camboyanos han encontrado una nueva manera de hacer negocio: los campos de tiro de armas de guerra dentro de las bases militares. El que se ubica dentro de la base de Pochentong, cerca de Phnom Penh, es un ejemplo entre varios.
Pistolas, revólveres, lanzagranadas, Colt 45 y granadas, a 50 dólares la unidad, es parte del “menú básico” que solicitas en la cafetería que hace las veces de recepción. Pero si buscas algo “más fuerte” tendrás que trasladarte a las montañas cercanas para tener “espacio y escenario suficiente”.
Por ejemplo: despacharte a gusto con un lanzacohetes, te saldrá por 350 dólares incluyendo el traslado, eso sí. Puedes armar tu propio “menú” agregando municiones a tu gusto, o sumar a tu equipo una M60 (80 dólares extra) o una AK47 (apenas 40 dólares, ¿te lo vas a perder?)
Y no es un único caso. Los campos de tiro se extienden como la pólvora (nunca mejor dicho) ya que, a pesar que el uso de armas de guerra por parte de civiles está prohibido por ley en Camboya, son los mismos militares los que proveen el lugar y el armamento.
Y clientes nunca faltan. De hecho, la cruzada a favor del uso de armas por parte de civiles ha encontrado un nuevo adalid de la “noble tarea” que encabezara en Estados Unidos el fallecido Charlton Heston. Se trata de Steve Lee, un joven cantante country australiano que no ha dudado en viajar a Camboya como un turista armado más. Y allí filmó su último videoclip que ya goza de miles de visitas y halagos de sus fans.
Por si a alguno se le escapaba el detalle, el tema se llama I like guns (Me gustan las armas). Me ahorro la molestia de colgar el video aquí, pero quien se interese por el chan chan armamentísico de este cowboy australiano con tantas ideas como cabello, puede darse una vuelta por aquí.
Recomiendo leer | 5 tips for Angkor
Fotos | Stefan Ellis y Major Nelson
3 Comentarios
Halvise, Tengo todo el derecho de pensar lo que pienso y puedo exponerlo aquÃ, en mi blog, por supuesto. Respeto tu opinión, y por éso tu comentario está aquà publicado, pero por cierto no coincide con mi posición. Considero el uso, abuso y comercio de armas como algo desperciable. Y el post va del aprovechamiento que hacen los propios militares camboyanos del “exceso” de armas como atractivo turÃstico. Siempre habrá gente que le apetezca ser parte de ésta forma de viajar, lamenteblemente.
Las armas de fuego son solo un instrumento sin vida propia. Y tambien pueden servir para nobles causas como defender la vida humana o la libertad de un pueblo. Echarle la culpa de guerras, crimenes, violaciones, etc es tan tonto como pensar que antes de su invencion no exitian tales aberraciones. Ah… Tampoco tienes derecho de burlarte de Steve Lee.
he escrito un post en mi blog sobre una zona nueva en Camboya. si quereis darle un vistazo http://trekkingyaventura.blogspot.com/
JAM