… caía uno de los símbolos de la sinrazón humana: el muro de Berlín.
€œUn adiós sin lágrimas”
Con estas palabras despedía casi 30 años de historia el último Primer Ministro de la Alemania del este, Lothar de Maizií¨re en la ceremonial oficial de reunificación en 1990, casi un año después de aquella noche, hoy hace 20 años.
Desde el 13 de agosto de 1961, cuando se levantó el muro en sólo 24 horas, hasta esa fría noche de 1989 el muro se cobró el precio de muchas vidas, de familias rotas. Se generaron tensiones y se escucharon discursos vanos.
La línea que hoy marca la huella de aquel muro es hoy, muchas veces, pisada sin reparar casi en ella. Sin embargo, su presencia fue una herida y debe ser hoy una cicatriz que nos recuerde lo que no debe volver a pasar.
Aunque otras heridas sigan abiertas. Sangrando vidas.
Algunos días mas tarde el destino quiso que estuviera en Munich, y pudiera ver en primera persona a aquellos alemanes del este llegando a una ciudad moderna y pujante. Sus ojos de asombro, sus coches antiguos y sus ropas tristes.
Como si vinieran del pasado.
Foto | geraintwn en Flickr.