Después de más de 15 años de esfuerzos por descontaminar y limpiar las aguas del Sena, los salmones han vuelto a pasearse frente a la Torre Eiffel a su paso por Paris.
Un siglo atrás, el Sena era la vía necesaria del salmón del atlántico desde el norte de Francia hacia el Canal de la Mancha. Los tradicionales salmones dejaron de verse en sus aguas en algún momento entre ambas guerras mundiales.
La construcción de diques, los efluentes químicos, industriales y comerciales, los desechos agrícolas y urbanos, habían convertido al río Sena en un vertedero. Para 1995, sólo unas 3 o 4 especies de peces podían sobrevivir allí.
De pronto, el año pasado, un pescador logró capturar un salmón atlántico de 97 cm y 7 kilos de peso, ¡ después de 70 años!
Casi un milagro si se piensa que a pesar de los esfuerzos por limpiar el río, nada se ha hecho por reintroducir la especie en el río Sena.
Volvieron por su propia cuenta y deseo.
Hay que saber que el salmón es un bioindicador de la calidad del agua muy sensible a la polución. Su presencia confirma las observaciones de pescadores del Sena que llegaron a contabilizar 100 ejemplares el pasado año en el río al oeste de la capital francesa.
Se estima que ya son 32 las especies que viven o han vuelto a vivir en las aguas del río Sena, entre ellas las truchas de mar.
Para los interesados, les dejo el enlace de la Association Protectrice de la Nature et des Animaux que organiza salidas grupales en las que se enseñan las técnicas de pesca respetuosas con el medio ambiente.
Foto de pescadores en el Sena (1935) es deEdmondB y está en Flickr.