Las voces venecianas, siempre a tono con esta ciudad sin estridencias, están sonando más fuertes de lo acostumbrado.
Desde hace meses los vecinos de Venecia ven cómo se instalan enormes avisos publicitarios en el entorno de los magníficos edificios que dan fama a la ciudad.
Un coche estacionado en la puerta del Palazzo Ducale publicitando a su fabricante. Un enorme reloj en la Biblioteca Marciana. Un aviso de jeans en la fachada del Ca’Rezzonico frente al Gran Canal.
Venecia está en venta por un puñado (grande) de euros.
Una de las cosas más llamativas de Venecia, era su ambiente elegante, sereno, sin contaminar por el paso de vehículos (sin bocinas) y sin mega carteles publicitarios. Sin embargo, éso está cambiando.
¿Qué ha pasado? En los últimos 3 años, el gobierno Berlusconi ha recortado el presupuesto de Cultura en 922 millones de euros. Por lo que las instituciones se han visto forzadas a aceptar las ofertas de grandes empresas para solventar los siempre enormes presupuestos de restauración y mantenimiento (además de los otros gastos corrientes de cualquier organismo).
La oficina de gestión de patrimonio de Venecia ha visto reducido su presupuesto en un 25 %.
Los “aportes” tienen por contrapartida el uso del espacio artístico del patrimonio como espacio publicitario. Con todas los cuidados para su preservación (al menos éso dicen), pero en definitiva nos tapan parte de la riqueza que vamos a ver a Venecia con la imagen de una señorita vendiendo bolsos o perfumes.
De hecho, uno de los avisos gigantes que “decoran” los alrededores de la Plaza San Marco, reportó 3 millones y medio de euros a la ciudad (relojes Swatch en la imagen).
Los museos e instituciones culturales italianas no son entes autónomos, sino departamentos gubernamentales (oficinas burocráticas, digamos). Dependen del presupuesto general y de sus recortes. O de la viveza y chequera de los encargados del marketing de las grandes marcas (eso sí, muy glamurosas) para preservar el patrimonio artístico de Venecia.
El dinero aparece de algún lado. Si no es del presupuesto (como debería ser), será del bolsillo de las empresas anunciantes pero…¿y nuestra experiencia como turistas?
Creo que lo que se consigue es devaluar la imagen de un destino turístico. ¿Puede medirse este daño? Estadísticamente se miden noches, cantidad de pasajeros, gasto por persona, cantidad de billetes, etc. etc. Pero hay un indicador muy difícil de poner en números: la desilusión, la sensación de fraude, el descontento de ir buscando algo único y encontrarlo viciado por un cartel publicitario.
Via | Travelmole
2 Comentarios
En España eso no pasa, porque no hay presupuestos que recortar :-P
Y ahora en serio, es una lástima que ciudades como Venecia pierdan su magia por un puñado de euros…
[...] Desde hace años, el mantenimiento y protección del patrimonio monumental italiano sufre la falta de presupuesto gubernamental. Una vez mas, el capital privado se presenta para salvar los recortes presupuestarios en el área de Cultura y se ofrece para solventar los casi 30 millones de euros que costará la restauración del moumento más visitado de Roma: el Coliseo. El año pasado ya se dieron a conocer algunas ideas para conseguir los fondos necesarios para el mantenimiento del patrimonio histórico de Italia. Una de ellas fue un impuesto turÃstico y hace un par de años ya se notaba la tendencia a dar espacio publicitario a cambio de ayuda económica para Cultura frente a los recortes de presupuestos oficiales. Tal el caso de la aparición de carteles publicitarios en edificios históricos. [...]