Parece ser que este invierno está siendo demasiado benigno en otras latitudes. Especialmente en China donde el invierno viene siendo más corto y benigno cada año.
Será por el calentamiento global, o porque este año les toca a las Antípodas, pero lo cierto es que los centros de esquí chinos se quejan que tienen poca nieve.
No sé ustedes, pero después de tantas décadas de imaginarme a los chinos uniformemente vestidos de gris con sus cuellos Mao y sus bicicletas, ahora me cuesta pensarlos con equipos de esquí y tablas de snowboard.
El rápido desarrollo en ciertas epidérmicas capas de su sociedad, les está llevando a consumir bienes, servicios, modas, tendencias occidentales a un ritmo que a los propios occidentales desconcierta. Recordemos que los chinos son unos 1.300 millones (chino más, chino menos) y que por más que estos “adelantos” lleguen a “unos pocos”, el concepto de “poquedad china” (?) abarca cantidades enormes de gente esquiando, hablando por móviles o comprando en Carrefour.
Volvamos al tema de la nieve. Según leo por ahí, los centros de esquí cercanos a Beijing se quejan de la poca cantidad y la mala calidad de la nieve de este año. Las máquinas que fabrican nieve (busqué en el diccionario la palabra “innivar” y no existe), están trabajando a full pero el costo de mantener las pistas a fuerza de electricidad ha llevado a que algunos centros de esquí estén aún cerrados.
Al leer todo ésto me picó la curiosidad y me puse a ver cuáles eran esos centro de esquí cerca de Beijing (muy cerca) y escribí sobre el tema en Diario del Viajero
Y ahora encima parece que, además de la pólvora y el papel, los chinos inventaron el esquí, aunque en la actualidad sea el pasatiempo sólo de su incipiente clase media.